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"Es urgente retornar a un conocimiento que se entrelaza con lo sensible de la identidad"

  • "Es urgente retornar conocimiento que se entrelaza lo sensible identidad"
    Taller de flora y funga (Foto: Felipe Zanotti).

Sobre la Entidad

Fundación Botín
El Observatorio del Agua de la Fundación Botín es un think tank multidisciplinario se propone contribuir a la mejora de la gestión de los recursos hídricos en España y a nivel global.

Mañana jueves 15 de diciembre, el Observatorio del Agua de la Fundación Botín organiza “Gestión del agua entre ciencia, política y sociedad”, un encuentro en el que reunirá a varios de sus antiguos investigadores o investigadores asociados que actualmente trabajan en distintos sectores del mundo del agua para compartir sus ideas y experiencias sobre la relación ciencia-política-sociedad en la gestión de los recursos hídricos.  

A este le seguirá el acto de entrega de los Premios a la Gestión Sostenible del Agua, que buscan visibilizar y poner en valor proyectos y personas que apuestan por construir puentes entre sectores de la sociedad para lograr una mejor gestión del agua. En la Modalidad B (proyecto divulgativo/educativo) se entregó un premio exequo, siendo uno de ellos a Kümelko, por su proyecto ‘Aprender del Agua‘, apoyado por el fondo para exploradores de National Geographic. Hablamos sobre ello con Débora Ramírez y Jens Benöhr, integrantes del proyecto.

Pregunta: ¿En qué consiste el proyecto ‘Kümelko, Aprender del Agua’ y cuáles son sus objetivos?

Respuesta: Kümelko (“aprender del agua” en mapudungún), es un proyecto colectivo, resultado de la alianza entre diversas agrupaciones de la Región del Biobío y comunidades lafkenche, pueblo originario costero del sur del país. Entre estas organizaciones nos encontramos Bestias del Sur Salvaje, Fundación Manzana Verde, Fundación Nahuelbuta, PRELA Biobío y Comunidad Lafkenche Rayén de Pangue. El proyecto tuvo como objetivo inicial, realizar un diagnóstico de las características sociales y ambientales de la cuenca costera de Pangue -ubicada en la cordillera de Nahuelbuta, al sur de Chile-, con la ambición de que se transformara en un espacio de aprendizaje comunitario en torno a las cuencas donde se entremezclaban los saberes científicos, ancestrales, comunitarios y experimentales. Para ello se abordaron tres líneas de trabajo: a) un programa de educación ambiental llamado “Kümelko: escuelita del agua” destinado a las escuelas rurales de la cuenca (escuela "Las Dunas" de Pangue, escuela "Temuco Chico" y liceo "Orlando Delgado Zúñiga" de Antihuala), b) un laboratorio de restauración biocultural que consistió en 6 jornadas de restauración con árboles nativos en distintas áreas de gran importancia socioecológica en la cuenca, donde se plantaron más de 3.000 plantas nativas, c) y un programa de monitoreo comunitario del agua, con formación a actores locales para utilizar un kit de monitoreo que fue entregado a la comunidad Lafkenche del centro cultural Rayén. Los resultados fueron tan satisfactorios que buscamos darle continuidad a través de una segunda etapa que comenzará el segundo trimestre del 2023, apoyada por un fondo ambiental de la empresa Patagonia.

Taller de geología en las dunas de Pangue (Foto: Felipe Zanotti).

P.- ¿Por qué es importante llevar a cabo este tipo de actuaciones en entornos hídricos?

R.- Creemos que es urgente retornar a un conocimiento que se entrelaza con lo sensible de la identidad en los territorios donde aún se mantiene la presencia de los primeros pueblos. Uno de los valores de Kümelko es que todo ese aprendizaje en torno a las aguas tenía también un fuerte componente de la filosofía mapuche -pueblo originario de la cordillera de Nahuelbuta-, que tiene como principio epistémico el inarrumen, práctica ancestral contemplativa que a través de la observación de una naturaleza algo caótica como la de Chile, encuentra formas de convivir con ella en la simpleza y el fluir constante, desarrollando prácticas sucesionales del habitar y conviviendo de manera armónica con los elementos, dialogando con los gnen (espíritus de la naturaleza) que habitaban el territorio. La importancia de la recuperación de este relato ancestral en torno a la relación con las aguas nos abre portales que permiten renovar estas relaciones o contratos entre humanidad y naturaleza. Y creemos que eso es lo que impacta profundo, desde una relación muchas veces intelectual o utilitaria con el elemento vital, pasar a una conexión de respeto, reciprocidad y con un fuerte componente espiritual que entregue energía y fuerza a quienes habitan con ella y quienes buscan protegerla.

"Uno de los valores de Kümelko es que el aprendizaje en torno a las aguas tenga un fuerte componente de la filosofía mapuche"

P.- ¿Qué balance hace de la andadura del proyecto hasta la fecha y qué esperan lograr en los próximos años?

R.- Nos sentimos muy alegres y seguimos sorprendidos con los resultados, porque finalmente, el propósito inicial era compartir elementos que teníamos los equipos, y buscar que esto se adaptara al territorio según las necesidades locales. Por ello, realizamos talleres de monitoreo de fauna con cámaras trampa y ciencia comunitaria en torno al agua, uso de plantas medicinales y restauración de bosque nativo, entre varios más. Estos talleres nos permitieron compartir con niñez de escuelas rurales, y actores locales de la comunidad lafkenche, en un hermoso proceso donde nos dimos cuenta que fuimos finalmente nosotres quienes aprendimos muchísimo de elles, fue muy significativo el intercambio de saberes. Al mismo tiempo, el poder compartir con estudiantes de escuelas rurales permitió un nivel de creatividad, de revaloración de lo propio y de catalizar la creatividad muy poderoso inclusive en lo artístico. Además, las relaciones que se crearon con personas de la comunidad que ahora se involucraron también en el proyecto de continuidad han sido de muchísima apertura y han compartido sus tierras para hacer realidad la restauración biocultural al que iremos haciendo seguimiento.

La siguiente etapa de Kumelko busca que este lugarcito del mundo se convierta en un faro biocultural de aprendizaje con las aguas, compartiendo diferentes prácticas regenerativas, productivas y no productivas, ampliando el intercambio de saberes, sosteniendo y amplificando las técnicas de monitoreo e invitando a personas de diferentes organizaciones socioambientales a hacer minga (trabajo colaborativo) pensando en compartir con otres esa restauración del espíritu que vivimos en este proyecto.

Taller de monitoreo comunitario del agua (Foto: Felipe Zanotti).

P.- Este año han sido galardonados con uno de los Premios a la Gestión Sostenible del Agua que entrega la Fundación Botín, en la modalidad de proyecto educativo, ¿qué supone para ustedes este reconocimiento?

Nos sentimos súper agradecides por este reconocimiento, cada esfuerzo que se hace en torno al agua es un granito más en las luchas por la vida y han sido tantas personas las que le han puesto corazón y energía a este proyecto… sin contar a los seres de otras dimensiones que creemos que también están aprobando y alentando este trabajo. Es bello para el equipo sentir ese reconocimiento y esperamos ser un verdadero aporte desde la vereda de aprender con las aguas.

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