Aparte de los daños más evidentes que causan las inundaciones, incluso después de que el nivel de las aguas comience a descender, el agua de la crecida entraña otros riesgos. Puede contener contaminantes, bien de origen fecal o productos químicos. Además, el agua acumulada puede esconder otros peligros: objetos punzantes, carcasas de animales, bocas de alcantarilla abiertas o riesgos eléctricos.
Un artículo de la BBC describe algunas de las enfermedades infecciosas y otros riesgos que suponen las aguas de crecida para las personas. El agua puede arrastrar el contenido de las alcantarillas a calles y viviendas, por lo que se recomienda a las personas que se mantengan tan lejos del agua como sea posible tras una inundación. Sanjay Jahal, de la ONG británica National Flood Forum, advierte sobre los peligros de “chapotear en las aguas de crecida”.
El agua con contaminación de origen fecal puede ser fuente de múltiples enfermedades causadas por virus y bacterias. Estos riesgos no desaparecen cuando se retiran las aguas. Las tareas de limpieza incluyen deshacerse de objetos contaminados y la desinfección. Sacos de arena y otros artículos que hayan estado en contacto con productos químicos o con aguas fecales han de tratarse como residuos peligrosos, conforme a las recomendaciones de las autoridades de Reino Unido.
Durante las inundaciones es posible que se produzcan vertidos de productos químicos de uso doméstico, industrial y hospitalario. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. proporcionan directrices para protegerse en caso de inundación. Es peligroso mover tanques de propano, y las baterías de automóviles han de manipularse con gran precaución, ya que podrían aún tener carga eléctrica, y se podría derramar ácido.
Asimismo las aguas pueden ocultar peligros que no vemos, como fragmentos de vidrio o metal. Las heridas ya existentes o recientes pueden infectarse en contacto con el agua sucia, por lo que es importante protegerlas, mantenerlas limpias y buscar atención médica en caso necesario. El agua de crecida puede también arrastrar carcasas de animales que transmiten microorganismos patógenos. Los riesgos de tipo eléctrico merecen especial atención, bien dentro o fuera de la vivienda: es importante no tocar cables del tendido eléctrico que se hayan podido caer y desconectar la corriente en la vivienda para evitar electrocuciones.
Por otra parte, tras producirse desastres, animales supervivientes como roedores y serpientes pueden buscar alimentos y cobijo fuera de los lugares habituales, y acabar en las viviendas. El agua estancada también puede dar lugar a la proliferación de insectos, algo a tener en cuenta para evitar enfermedades transmitidas por mosquitos.