El pasado viernes 2 de febrero se conmemoró el Día Mundial de los Humedales. Coincidiendo con esta efeméride, el consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, Ramón Fernández-Pacheco, visitó la actuación que ha permitido la recuperación de la Laguna de Jarata en Montilla, Córdoba. "Esta es una demostración más de la apuesta de la Junta por los humedales andaluces, en los que se van a invertir más de 15,4 millones de euros para conservación y restauración de unos espacios muy necesarios para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, y que requieren de la máxima protección de su biodiversidad", ha anunciado.
Fernández-Pacheco señaló que "nunca antes se había invertido tanto como hasta ahora en estos espacios", al tiempo que ha presumido de que "Andalucía posee el patrimonio de humedales más rico y variado de España, con 226 humedales y una superficie total de más de 142.000 hectáreas". La andaluza es "la comunidad autónoma con mayor presencia en la Lista de Humedales de Importancia Internacional, con un total de 25 Sitios Ramsar".
Recuperación de la Laguna de Jarata
El proyecto de restauración hidrológica y ambiental de la Laguna de Jarata, ha supuesto una inversión total de 267.501 euros, que, cofinanciada por el Fondo Europeo Agrario de Desarrollo Rural (FEADER), ha permitido al Gobierno andaluz "recuperar el esplendor que nunca debió perder este magnífico espacio natural, con toda su biodiversidad, para el disfrute de vecinos y visitantes".
La actuación ha consistido en la retirada de sedimentos, la restauración de la cubeta de inundación para albergar hasta 29.146 m3 de agua y la reforestación perimetral de la laguna con 1.766 ejemplares de 15 especies vegetales. Las obras han incluido la dotación de señales interpretativas, así como la construcción de una zona de recepción, un sendero y un observatorio de aves.
La Laguna de Jarata es una laguna temporal en plena campiña cordobesa con más de cuatro hectáreas de superficie que forma parte del Inventario de Humedales de Andalucía. Durante décadas, se enfrentó a procesos de colmatación, provocando la acumulación de sedimentos. Su inundación depende de las precipitaciones directas sobre las 164 hectáreas de su cuenca de recepción, ya que no tiene contacto directo con el acuífero subterráneo.