Ha pasado más de un año desde que hablamos del estado del Mar Menor. En este tiempo, el mayor logro que se ha conseguido es que haya adquirido categoría jurídica.
El Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC) publicó, el viernes pasado, el último informe de seguimiento de este organismo científico del Estado. En él se actualizan los últimos datos -de octubre de 2023-, y revela que los principales parámetros de la masa de agua han mejorado durante los últimos tres meses -oxígeno y salinidad en aumento, clorofila y temperatura en descenso-, como corresponde con los meses fríos del año. También la turbidez ha disminuido, salvo en el área ocupada por la mancha blanquecina, que ya se extiende por un amplio frente desde la desembocadura de la rambla del Albujón y casi toca la isla Perdiguera.
El informe imputa esta leve mejoría a factores climáticos, más que a una recuperación del ecosistema lagunar, gravemente afectado desde la primavera de 2016 por un proceso de eutrofización debido principalmente a la contaminación por nitratos agrarios.
El IEO-CSIC señala que la turbidez es «extremadamente elevada» en la mancha blanca y que por tanto es imposible que en esa zona se recuperen las praderas marinas debido a que la luz no llega al fondo de la laguna. La vegetación bentónica, sin embargo, sí está en condiciones de desarrollarse en el resto del humedal.
En conjunto, y a excepción de la zona ocupada por la denominada mancha blanca, los parámetros descriptores del estado de la columna de agua indican que 2023 ha sido un período aparentemente estable del ecosistema lagunar.
¿Y?
Me da la sensación de que estamos esperando que, el tiempo, resuelva, como en el caso de la sequía, este problema que lleva años coleando, como el dinosaurio del cuento.
Recuerdo (qué tiempos aquellos tan lejanos) en el que la Ley de Recuperación y Protección del Mar Menor de 2020 fue tan celebrada por casi todos. Muchos creyeron que con ella se lograría un pronto restablecimiento del Mar Menor.
Hoy, cuatro años mas tarde, la verdad es que no estamos igual, pero el Mar Menor si lo está.
Eso si, está a punto de aprobarse una nueva normativa europea que exige reducir los nutrientes a valores tan bajos que nos va a costar un montón en fuentes de carbono, reactivos y consumo energético.
Y aquí, en España con cargas contaminantes de NTK, en las aguas residuales, por encima de 70 ppm ningún organismo público dice nada. Por no hablar de los contaminantes emergentes. Lástima de tractores.
Total, como no nos preocupa reducir la DBO5, no nos vamos a preocupar, cosas de Europa, de los nutrientes o de los contaminantes emergentes.
Como queda cojo….. en todos los eventos en los que se hable del agua en Espana, pues “tira pa'lante”.
